La halitosis se define como el conjunto de olores desagradables u ofensivos que provienen de la cavidad oral. Se conoce que en el 87% de los casos el origen de este mal olor está en la boca. En el 13% restante la mayoría de casos se relacionan con patologías en el área otorrinolaringológica y en un mínimo porcentaje con otras patologías sistémicas.
En las causas orales que se han asociado con la halitosis oral se encuentran el cubrimiento lingual o biofilm lingual y las enfermedades periodontales (gingivitis y periodontitis). Se calcula que alrededor de un 50% de la población adulta padece o ha padecido halitosis en alguna ocasión, y ello podría repercutir en las relaciones sociales, afectivas y profesionales. El tratamiento de la halitosis oral va dirigido a controlar o disminuir el número de bacteria productoras de mal olor presentes en el dorso posterior de la lengua y en el surco o bolsa periodontal.
Entre los agentes que han demostrado eficacia clínica en el control de la halitosis se encuentran moléculas como la Clorhexidina, el Cloruro de Cetilpiridinio, derivados del zinc y la combinación de los agentes anteriores.
Es importante corregir todas las patologías orales presentes: caries abiertas, prótesis fijas y obturaciones desbordantes, gingivitis (limpieza y pulido dental profesional) y periodontitis mediante raspado y alisado radicular.
Además, se debe realizar una limpieza y pulido dental profesional, acompañado de instrucciones de higiene oral, incluyendo instrucciones de cepillado, limpieza interproximal con seda dental o cepillos interproximales según las necesidades individuales y limpieza lingual suave dos veces al día (mañana y noche), alcanzando la zona posterior de la lengua.
Y por último, el uso de un colutorio específico, en forma de gargarismos (para alcanzar la parte posterior del dorso lingual), dos veces al día (mañana y noche) durante la fase activa del tratamiento.
Una vez minimizado el problema se puede pasar a un régimen de un enjuague al día (por la noche) durante la fase de mantenimiento.
En las causas orales que se han asociado con la halitosis oral se encuentran el cubrimiento lingual o biofilm lingual y las enfermedades periodontales (gingivitis y periodontitis). Se calcula que alrededor de un 50% de la población adulta padece o ha padecido halitosis en alguna ocasión, y ello podría repercutir en las relaciones sociales, afectivas y profesionales. El tratamiento de la halitosis oral va dirigido a controlar o disminuir el número de bacteria productoras de mal olor presentes en el dorso posterior de la lengua y en el surco o bolsa periodontal.
Entre los agentes que han demostrado eficacia clínica en el control de la halitosis se encuentran moléculas como la Clorhexidina, el Cloruro de Cetilpiridinio, derivados del zinc y la combinación de los agentes anteriores.
Es importante corregir todas las patologías orales presentes: caries abiertas, prótesis fijas y obturaciones desbordantes, gingivitis (limpieza y pulido dental profesional) y periodontitis mediante raspado y alisado radicular.
Además, se debe realizar una limpieza y pulido dental profesional, acompañado de instrucciones de higiene oral, incluyendo instrucciones de cepillado, limpieza interproximal con seda dental o cepillos interproximales según las necesidades individuales y limpieza lingual suave dos veces al día (mañana y noche), alcanzando la zona posterior de la lengua.
Y por último, el uso de un colutorio específico, en forma de gargarismos (para alcanzar la parte posterior del dorso lingual), dos veces al día (mañana y noche) durante la fase activa del tratamiento.
Una vez minimizado el problema se puede pasar a un régimen de un enjuague al día (por la noche) durante la fase de mantenimiento.
Fuente: BlogSaludBucas.es
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